Iván escuchó unos golpes secos que venían del ataúd. Se acercó, se inclinó y colocó su oído sobre el ataúd, cuando de pronto escuchó una suave voz decir “¡Ayuda!”. Iván comenzó a sudar frío y lleno de temor se tropezó. ¿Cómo pudieron haber enterrado a alguien que aún estaba con vida?
El tiempo se agota
- Publicidad -
De inmediato Iván se inclinó y buscó la manera de abrir el ataúd. Este estaba cerrado con clavos, lo que dificultaba abrirla. A su vez escuchaba la voz de la mujer cada vez más débil, ya que ameritaba de oxígeno para poder sobrevivir.
Aunque no sabía cómo abrir el ataúd, Ivan siguió intentando, su perro Binka estaba ansioso. ¡Tenían poco tiempo para salvarle la vida a esta mujer!